Además de ofrecer programas de mindfulness para todas las edades, hemos puesto en marcha una iniciativa psicoeducativa para madres y padres centrada en facilitar herramientas de atención plena para mejorar la relación con los hijos e hijas adolescentes.
Ser madre o padre es un gran desafío, una tarea en la que no hay experiencia previa. Se aprende sobre la marcha, mientras se ejercita, pero está en constante movimiento y a veces el camino no es fácil. La práctica de mindfulness permite hacer una pausa desde la observación y tomar conciencia de los patrones relacionales y los automatismos parentales para favorecer un nuevo equilibrio en la familia.
Hacia una comunicación consciente
Algunos principios básicos para mejorar la comunicación con los hijos e hijas en general, pero en concreto durante la adolescencia son:
- Hablar desde el respeto y con una actitud amorosa;
- Estar presente en las conversaciones, mostrando interés por los que se dice;
- Buscar el momento y el lugar adecuado para poder hablar con tranquilidad. Evitar iniciar un diálogo en situaciones o momentos de estrés;
- Intentar ser empáticos;
- Practicar la escucha activa;
- Dar importancia a lo que los hijos e hijas dicen;
- Expresar los sentimientos;
- Respetar sus decisiones;
- Mostrar aceptación;
- Generar confianza.
Parentalidad consciente: actitudes básicas desde mindfulness
La práctica de mindfulness tiene como objetivo dirigir la atención hacia el momento presente y propone una serie de comportamientos básicos. Jon Kabat-Zinn, profesor emérito de medicina y el creador de la “Clínica de Reducción del Estrés” y el “Centro de Atención Plena en Medicina, Atención Médica y Sociedad” en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, define nueve actitudes:
- Aceptación: se refiere a la capacidad de aceptar las cosas tal y como son, sin negarse a ellas y sin tratar de modificarlas.
- No juzgar: no categorizar si algo es bueno o malo, tratar de ser testigos imparciales.
- Mente de principiante: dejar de lado las experiencias y conocimientos pasados, observar las situaciones como si fueran la primera vez que se viven.
- Ceder: aceptar el cambio, adaptarse. Sobre todo durante la adolescencia es necesario adaptarse al momento vital.
- Paciencia: no forzar los procesos de maduración. Aceptar el momento y experimentar lo que está sucediendo.
- Confianza: generar autoconfianza.
- No esforzarse: estar presentes en el momento, sin esperar ni buscar nada a cambio.
- Gratitud: estar en el momento presente nos permite sentir cosas que no percibimos cuando estamos en piloto automático. Podemos apreciar y agradecer lo que tenemos en este momento.
- Generosidad: mindfulness consiste en estar atentos a nosotros mismos, pero también estar atentos a los demás para cultivar relaciones más empáticas y compasivas.
¿Por qué participar en el programa de mindfulness centrado en la parentalidad?
A veces podemos tener una visión sobre determinadas situaciones u opiniones y los adolescentes las ponen en cuestión en forma continua. En otras ocasiones, hay cierta dificultad para establecer vínculos. En estos casos, podemos elegir estar en conflicto permanente o abrirnos a la nueva situación con apertura y curiosidad.
La práctica de mindfulness nos ayuda a tener una actitud abierta y de escucha y ofrecer una respuesta reflexiva ante las demandas de las situaciones. Y esto no significa que no sentemos límites, sino que se establezcan con amor desde una comunicación en la que exista interacción y claridad.
La pausa a la que nos invita la práctica de mindfulness nos permite detectar la emoción o sensación que aparece en ese momento y desarrollar la capacidad de contenerla durante un tiempo, pudiendo estar con lo que se siente, aunque eso resulte doloroso. De esta forma, nos cuidamos como madres y padres porque nos escuchamos y a la vez, cuidamos a los hijos.
¿Cuáles son los beneficios del mindfulness en la parentalidad?
La práctica de mindfulness ofrece consciencia a los procesos automáticos y nos ayuda a descubrir las emociones cuando surgen para poder parar y reflexionar antes de actuar.
Los beneficios no son solo individuales: la parentalidad consciente contribuye a promover en el hijo o hija relaciones de apego seguras y facilita una mejora de la relación entre padres, madres e hijos asociada a los cambios vitales tan pronunciados que se dan en esta etapa.
¿Cuánto dura el programa de parentalidad consciente a través del mindfulness?
Las sesiones pueden ser individuales o grupales en formato online o presencial. Se estiman necesarios entre cinco y ocho encuentros.
El programa de mindfulness orientado a madres y padres que llevamos adelante está basado en Parentalidad consciente de Laura Barrio Martínez, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta familiar, cuyo objetivo es fortalecer y cuidar las relaciones paterno-filiales durante la adolescencia.
También desarrollamos encuentros intensivos de cuatro horas de duración para personas que quieran conocer los principales lineamientos y prácticas para introducir en sus vidas cotidianas.
Para más información, puedes escribirnos a hola@permacomunicacion.com
(Foto: Cortesía de Jaff Miller)