Permafulness
Mindfulness nos reconecta con nuestra esencia, con las personas y el entorno.
Mindfulness en empresas y entornos comunitarios
«Los problemas no desaparecen mágicamente, lo cierto es que, si nuestra forma habitual de enfrentarnos a los problemas es la evitación y la fuga, éstos acabarán multiplicándose (…) Pensándolo bien, el único modo de superar nuestros problemas consiste en enfrentarnos a ellos». (Jon Kabat-Zinn)
La práctica de mindfulness nos permite vivir de forma más despierta y consciente; adquirir herramientas para afrontar las situaciones conflictivas, disfrutar de los momentos positivos y aprender de cada experiencia que vivimos.
La práctica de la atención plena en el entorno empresarial o comunitario mejora la capacidad de las personas para manejar la presión, regular las emociones y mantener la calma en situaciones desafiantes. Al practicar mindfulness, las personas toman decisiones de manera más consciente, aumentan la concentración, la empatía y comunicación lo que contribuye a generar relaciones más positivas y saludables entre compañeros/as y con los clientes.
Mindful eating
“En una comida veo claramente la presencia de todo el universo sosteniendo mi existencia” (Comer Atentos, Jan Chozen Bays)
Comer no es solo alimentarse. La práctica de Mindful eating o alimentación consciente nos anima a observar nuestros hábitos, nuestra relación con la comida y todos los pasos que hacen posible que llegue a nuestra mesa, desde el mismo momento en que confeccionamos la lista de la compra.
Mindful eating nos proporciona mejor autocontrol al momento de comer y nos ofrece más beneficios a nuestra dieta y por lo tanto, a la salud de nuestro organismo.
Mindful eating no es una dieta que empezamos y abandonamos cuando se llega al objetivo deseado. Es el camino que elige cada persona para mejorar su relación con la comida. Mindful eating aumenta la conciencia sobre cómo elegir los alimentos sabiendo cuándo empezar y cuándo terminar, escuchando a los pensamientos, las emociones y las sensaciones corporales.
Parentalidad consciente
«Cuando los padres son capaces de contener por un tiempo la emoción, sin evacuarla inmediatamente y sin negarla, pero siendo conscientes de lo que están sintiendo en ese momento, sin actuarlo de inmediato, están cuidándose a ellos mismos como a sus hijos». (Bhandal, 2015)
Ser madre o padre es un gran desafío ya que las necesidades de los hijos e hijas son muy cambiantes. Es una tarea en la que no hay experiencia previa: se aprende mientras se ejercita. La práctica de mindfulness en la parentalidad consciente es una herramienta de cuidado de las relaciones familiares, que permite a las madres y a los padres hacer una pausa desde la observación y tomar conciencia de los patrones relacionales y de los automatismos parentales.
A veces podemos tener una visión sobre determinadas situaciones y los adolescentes las ponen en cuestión en forma continua. En otras ocasiones hay cierta dificultad para establecer vínculos. Podemos elegir estar en conflicto permanente o abrirnos a la nueva situación con apertura y curiosidad.
La práctica de mindfulness nos ayuda a tener una actitud abierta y de escucha. Y esto no significa que no sentemos límites, sino que se establezcan desde la interacción y la comunicación.
Mindfulness para personas mayores
A menudo nos preguntan si es beneficiosa la práctica de Mindfulness para personas mayores. La respuesta es: si. Aquí te contamos algunos de sus beneficios:
- Mejora la memoria
- Reduce el estrés y la ansiedad
- Favorece la autonomía y en consecuencia, la autoestima
- Contribuye al bienestar emocional
- Aumenta la concentración.
Nuestro programa de mindfulness tiene una duración de ocho semanas y lo realizamos allí donde nos lo pidan: centros comunitarios, de mayores, hogares del jubilados, residencias, centros culturales, asociaciones vecinales, etc.
Se tratan de sesiones activas, participativas, basadas en la experiencia, respetuosas con los ritmos de las personas que participan, integradora e igualitaria. Para el desarrollo de los talleres se combina formación, juegos y ejercicios.
Mindfulness adultos
“¡Oh! He tenido mis momentos y, si viviese de nuevo, tendría más. De hecho, trataría de no tener otra cosa. Solo momentos, uno tras otro, en lugar de vivir años por delante de cada día.” (Nadine Stair)
La práctica de mindfulness nos permite conectar con el momento presente, prestar atención sin juicios y con amabilidad, aumentando la conciencia sobre las emociones, pensamientos, acciones, y sensaciones corporales. Aumentar la conciencia genera que las respuestas a las situaciones sean menos reactivas y más reflexivas.
Si bien está recomendada para cualquier momento de la vida está especialmente indicada en situaciones de estrés, ansiedad, problemas de insomnio, dificultad de concentración, problemas interpersonales y dolores físicos, entre otras.
La práctica de Mindfulness
nos ayuda a reducir el estrés y aumentar los momentos de calma, reconectar con el cuerpo, aumenta la memoria, la capacidad de concentración y la inteligencia emocional.
Minfulness para niñ@s y adolescentes
“Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto.” (Aristóteles)
La práctica de mindfulness en los más pequeños se entrena como si fuera un músculo. Las sesiones se desarrollan a través de cuentos, juegos y ejercicios para explorar el cuerpo, las emociones y los pensamientos.
De esta forma, aprenden a disfrutar del momento presente, aumentan la conciencia corporal, desarrollan la habilidad de identificar, nombrar y regular las emociones y adquieren un lenguaje y clima emocional positivo, favoreciendo el desarrollo de la inteligencia emocional.
La práctica de la atención plena durante la adolescencia ayuda a reducir el estrés, aceptar los cambios físicos y emocionales, mejorar las relaciones interpersonales y aumentar la concentración, el logro académico y la inteligencia emocional.
También favorece la capacidad de afrontar la frustración y las situaciones que no se desarrollan según nuestras expectativas o lo que nos gustaría.
