“En una comida veo claramente la presencia de todo el universo sosteniendo mi existencia” (Comer Atentos, Jan Chozen Bays)

Comer no es solo alimentarse. La práctica de Mindful eating o alimentación consciente nos anima a observar nuestros hábitos, nuestra relación con la comida y todos los pasos que hacen posible que llegue a nuestra mesa, desde el mismo momento en que confeccionamos la lista de la compra.

Desde el punto de vista teórico, Mindful eating es una “estrategia que se refiere a la toma de conciencia amable de las sensaciones físicas y emocionales que aparecen en un ambiente relacionado con la comida” (Framson et. al 2009).

¿Por qué adoptar un enfoque consciente de la alimentación? ¿Cuál es nuestra motivación para ello? ¿Qué nos puede aportar de utilidad en nuestra vida? 

Mindful eating favorece el equilibrio permanente. Nos proporciona mejor autocontrol al momento de comer y nos ofrece más beneficios a nuestra dieta y por lo tanto, a la salud de nuestro organismo.

Mindful eating no es una dieta que empezamos y abandonamos cuando se llega al objetivo deseado. Es el camino que elige cada persona para mejorar su relación con la comida. A diferencia de las dietas de moda, restrictivas o la famosa Operación Bikini que buscan una pérdida de peso abrupta, el control a través de un agente externo, generando ansiedad y episodios compulsivos, Mindful eating aumenta la conciencia sobre cómo elegir los alimentos sabiendo cuándo empezar y cuándo terminar, escuchando a los pensamientos, las emociones y las sensaciones corporales.

 

Una forma de cuidarnos a nosotros/as mismos/as y a la naturaleza

Además de proporcionar beneficios a nuestra salud, la práctica de Mindful eating favorece al cuidado del medioambiente. En concreto, está alineado con dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la Organización de las Naciones Unidas:

Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades

Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles

Piloto automático versus atención plena en la comida

Sin la práctica de la atención plena ante un estímulo, en este caso concreto frente a un alimento, reaccionamos inmediatamente. Aquí aparece la impulsividad y lo habitual es que a las personas les suele costar controlar sus impulsos no sólo en el terreno de la alimentación sino también en otras áreas de su vida.

En cambio, con la práctica de mindfulness ante un estímulo, paramos y elegimos qué respuesta queremos tener: ¿comer o no comer?, ¿beber o no beber?, ¿quién me está pidiendo ejecutar esta acción?, ¿mi mente?, ¿mi estomago?.

Al ser un cambio de hábito tan importante en nuestras vidas, requiere voluntad, compromiso y ser realistas con el reto que asumamos.

El hambre emocional

Las emociones son nuestras aliadas y nos permiten sobrevivir. Sin embargo, una mala gestión de éstas nos puede llevar a hacernos daño. Algunas preguntas para reflexionar son: ¿Como cuando estoy enfadado/a, solo/a, estresado/a? ¿Siento que la comida me da seguridad? ¿Como impulsivamente sin prestar atención a la cantidad?

En este marco, algunas sugerencias básicas para regular las emociones son:

1) Identificar la emoción;

2) Tolerar;

3) Autorregular

4) Expresar y comunicar.

Asimismo, para orientar nuestra práctica de Mindfulness, tendremos en cuenta las siguientes actitudes fundamentales: aceptación, soltar, no juzgar, confianza, curiosidad, distensión, paciencia y compasión.

Los cinco pasos de la alimentación consciente:

  1. Comer sentado, estando presente en ese momento. Evitar las pantallas;
  2. Honrar el trabajo de las manos que lo han hecho posible;
  3. Observar los alimentos antes de ingerirlos;
  4. La comida es nuestra propia medicina;
  5. Escuchar las sensaciones de mi cuerpo.

La invitación de Permafulness

Te invitamos a que elijas una comida del día: puede ser el desayuno, almuerzo, comida, merienda o cena. Es importante que estés en un lugar tranquilo y puedas tomarte un tiempo mayor al habitual.

Una vez elegida intenta seguir los siguientes pasos:

  1. Observa ese alimento. Explora sus características con tus ojos: colores, forma, textura.
  2. Huele ese alimento, como si fuera la primera vez.
  3. Ahora toca ese alimento, siente su textura, sus formas.
  4. Lleva ese alimento a tu oído e intenta escuchar si emite algún sonido, quizás al moverlo o presionarlo.
  5. Lleva ese alimento a tu boca. No lo mastiques todavía. Intenta saborearlo y sentir su textura en tu boca y cuando lo consideres, muerde, mastica, traga y disfruta de las sensaciones que te produce comer ese alimento.
  6. Ahora puedes continuar comiendo prestando atención a ese alimento.
  7. Cuando hayas terminado, piensa en todas las manos que han hecho posible que ese alimento llegue hoy a tu mesa, desde el sol, la lluvia, la tierra y el agricultor que lo ha hecho posible, las personas que lo han envasado, transportado y llevado al punto de venta. En ti o la persona que haya preparado esa comida, en el tiempo y amor que le ha dedicado y agradece.

Programa Mindful eating

Ofrecemos un programa de Mindful eating en formato presencial en Madrid y puede desarrollarse en grupo o en forma individual, en ambos casos con una duración de cinco sesiones.

También desarrollamos encuentros de cuatro horas de duración para personas que se quieran iniciar en Mindful eating y conocer los principales lineamientos y prácticas para introducir en sus vidas cotidianas. 

Si quieres saber más sobre el programa Mindful eating o quieres apuntarte a las jornadas informativas, estaremos encantadas de contarte todo lo que necesites. Puedes escribirnos a hola@permacomunicacion.com

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